MEMORIA HISTÓRICA

LA MEMORIA HISTÓRICA Y LA INCULTURA MULTICULTURAL

LA CARGA DE LOS TRES REYES

Ya ni siquiera se estudia en los colegios, creo. Moros y cristianos degollándose, nada menos. Carnicería sangrienta. Ese medioevo fascista, etcétera. Pero es posible que, gracias a aquello, mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle. Ocurrió hace casi ocho siglos justos, cuando tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que cambió la historia de Europa. El próximo 16 de julio se cumple el 800 aniversario de aquel lunes del año 1212 en que el ejército almohade del Miramamolín Al Nasir, un ultrarradical islámico que había jurado plantar la media luna en Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros. Tras proclamar la yihad -seguro que el término les suena- contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir una Europa -también esto les suena, imagino- debilitada e indecisa.

Los paró un rey castellano, Alfonso VIII. Consciente de que en España al enemigo pocas veces lo tienes enfrente, hizo que el papa de Roma proclamase aquello cruzada contra los sarracenos, para evitar que, mientras guerreaba contra el moro, los reyes de Navarra y de León, adversarios suyos, le jugaran la del chino, atacándolo por la espalda. Resumiendo mucho la cosa, diremos que Alfonso de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres, entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas. Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas -tropas populares, para entendernos- y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de Aragón; que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y colega. A última hora, a regañadientes y por no quedar mal, Sancho VII de Navarra se presentó con una reducida peña de doscientos jinetes -Alfonso IX de León se quedó en casa-. Por su parte, Al Nasir alineó casi 60.000 guerreros entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios fanáticos de poco valor militar y escasa disciplina: chusma a la que el rey moro, resuelto a facilitar su viaje al anhelado paraíso de las huríes, colocó en primera fila para que se comiera el primer marrón, haciendo allí de carne de lanza.

La escabechina, muy propia de aquel tiempo feroz, hizo época. En el cerro de los Olivares, cerca de Santa Elena, los cristianos dieron el asalto ladera arriba bajo una lluvia de flechas de los temibles arcos almohades, intentando alcanzar el palenque fortificado donde Al Nasir, que sentado sobre un escudo leía el Corán, o hacía el paripé de leerlo -imagino que tendría otras cosas en la cabeza-, había plantado su famosa tienda roja. La vanguardia cristiana, mandada por el vasco Diego López de Haro, con jinetes e infantes castellanos, aragoneses y navarros, deshizo la primera línea enemiga y quedó frenada en sangriento combate con la segunda. Milicias como la de Madrid fueron casi aniquiladas tras luchar igual que leones de la Metro Goldwyn Mayer.

Atacó entonces la segunda oleada, con los veteranos caballeros de las órdenes militares como núcleo duro, sin lograr romper tampoco la resistencia moruna. La situación empezaba a ser crítica para los nuestros -porque sintiéndolo mucho, señor presidente, allí los cristianos eran los nuestros-; que, imposibilitados de maniobrar, ya no peleaban por la victoria, sino por la vida. Junto a López de Haro, a quien sólo quedaban cuarenta jinetes de sus quinientos, los caballeros templarios, calatravos y santiaguistas, revueltos con amigos y enemigos, se batían como gato panza arriba. Fue entonces cuando Alfonso VII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: «Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria.

¿Imaginan la película? ¿Imaginan ese material en manos de ingleses, o norteamericanos? Supongo que sí. Pero tengan la certeza de que, en este país imbécil, acomplejado de sí mismo, no la rodará ninguna televisión, ni la subvencionará jamás ningún ministerio de Educación, ni de Cultura.

ARTURO PÉREZ REVERTE

LA HISTORIA REAL, ES LA QUE ES.

La Memoria Histórica es sin duda una estafa. Es, por decirlo de esta forma, como el timo del tocomocho o de la estampita. 

Por su interés general y para que se difunda por toda España, traslado éste artículo desde Minuto Digital, donde una vez más, queda claro, que se intenta borrar la verdadera historia y crear una nueva, al antojo de los rojillos de siempre.

Están los listos que deslumbran con el fajo de billetes (que no es más que un montón de recortes de periódicos) y los tontos que caen irremediablemente en la trampa. Así es la Memoria Histórica, una cosa que nada más que es apariencia y mentira. Por eso, los que somos ajenos a la estafa tenemos la obligación de denunciar las contradicciones que ya son muchas, de los nuevos antifranquistas, criados todos en las familias que más apoyaron al General Franco. Otro caso paradigmático es el del Presidente en funciones de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Este señor, como Secretario General del PSOE de Extremadura y como Presidente de la Comunidad Autónoma, ha apoyado política y económicamente al llamado «Proyecto de la Memoria Histórica» cuyos responsables son Cayetano Ibarra Barroso (ex Alcalde de Fuente de Cantos por el PSOE desde 1987 hasta 2003) y Julián Chaves Palacios, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Extremadura. Guillermo Fernández Vara ha avalado con su presencia diversos «congresos» de la «Memoria Histórica» de Extremadura. En las I Jornadas de las Memoria Histórica del PSOE de Extremadura celebradas en la localidad de Alburquerque en julio de 2009, Vara declaró esto: «Más de un centenar de personas nos hemos reunido en Alburquerque para recordar a nuestras familias y sus historias porque son nuestra principal preocupación. No hay que olvidar a las víctimas porque quienes pretenden el olvido lo único que quieren es reescribir la historia de este país, y la historia son las personas». De estas palabras se deduce que la familia de Vara también sufrió una supuesta persecución.

Como adalid de la Memoria Histórica, Fernández Vara no ha permitido la segregación de la entidad local menor, antiguo pueblo de colonización del Plan Badajoz, llamada Guadiana del Caudillo. El motivo aducido es que una parte del nombre de esta localidad se refiere al Caudillo Francisco Franco y que supuestamente vulnera la Ley de Memoria Histórica. El Alcalde de Guadiana del Caudillo se manifestó ante la sede de Presidencia de la Junta, en Mérida instalando una butaca de playa, pese lo cual fue desoído y ninguneado. Varios años antes, Vara creó en su Ejecutiva Regional del PSOE la Secretaria de Memoria Histórica, ocupada por Fernando Ayala Vicente.

Esta es la mitad de la historia que nos contaron, porque como dijo Vara en Alburquerque en 2009, «quienes pretenden el olvido lo único que quieren es reescribir la Historia de España». Efectivamente, los olvidadizos son los que manipulan. Lo que olvida Fernández Vara es quien fue su padre. Ni era obrero ni represaliado del franquismo. Se llamaba Julio Fernández Santamaría. En los últimos meses de mandato del Ministro de Justicia Eduardo Aunós (el que editó la Causa General en 1943) fue nombrado Abogado Fiscal de la Audiencia Provincial de Badajoz, por orden de 23 de febrero de 1945. Unos meses después, con el nuevo ministro, Raimundo Fernández Cuesta consiguió la excedencia. El fin era acceder a la carrera judicial. Su primer destino como juez de entrada fue el Juzgado de Instrucción de Fuente de Cantos. Al poco tiempo fue trasladado al Juzgado de Morón de la Frontera (Sevilla). Por Orden Ministerial de 23 de julio de 1946 Fernández Santamaría fue designado Juez de Primera Instancia de Almendralejo. En 1949 el haber que cobraba como juez de término era 22.000 pesetas anuales. Todo menos un represaliado por el franquismo.

Tras unos años sirviendo en el Juzgado de Mataró, por orden suscrita en 1952 por el nuevo Ministro de Justicia Antonio Iturmendi Bañales, Fernández Santamaría fue trasladado al Juzgado de Instrucción de Olivenza, localidad en la que contrajo matrimonio. En cada toma de posesión, los cargos judiciales tenían prestar juramento. La fórmula estaba determinada en el Decreto de 16 de febrero de 1938. El juramento se prestaba de pie, descubierto, ante el Santo Crucifijo y con la mano derecha sobre los Santos Evangelios ante esta pregunta: «Juráis ante Dios y sobre los Santos Evangelios incondicional adhesión al Caudillo de España, administrar recta e imparcial Justicia, obedecer las Leyes y disposiciones referentes al ejercicio del cargo sin otro móvil que el fiel cumplimiento del deber y el bien de España?» . Se pronunciaba «Sí, juro», y era contestado de esta forma: «Si lo cumplís, que Dios y España os lo premien, y si no, os lo demanden». He aquí la respuesta que explica la negativa de Fernández Vara para autorizar la independencia de Guadiana del Caudillo. Al final era un problema con la historia de su familia por jurar tanta fidelidad al «Caudillo de España».

Por Decreto de 3 de marzo de 1956, firmado por Franco, fue promovido Julio Fernández Santamaría como magistrado de entrada con el sueldo anual de 41.150 pesetas y fue trasladado al Juzgado de Instrucción número 1 de Salamanca. Varios meses después, por Decreto de 22 de junio de ese mismo año el padre de Fernández Vara fue nombrado Juez de Instrucción de Cáceres. En esa época se estaban terminando las obras de remodelación del Palacio de la Audiencia Territorial de Cáceres, sede de ese juzgado. Es decir, Julio Fernández Santamaria fue testigo de la instalación del escudo de España diseñado por Enrique Pérez Comendador, obra artística de 12 toneladas que recientemente ha sido retirado de una de las fachadas del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

Orden de traslado de Fernández Santamaría a OlivenzaAñadir leyenda

Otro Decreto, de 21 de marzo de 1958, lo designó magistrado de la Audiencia Provincial de Badajoz, la que trabajó durante toda la década de 1960, siendo Presidente de su Sección Segunda.

En ésta época, la fórmula de posesión se había cambiado por Decreto de 6 de febrero de 1964: «Juro servir a España con absoluta lealtad al Jefe del Estado, estricta fidelidad a los principios básicos del Movimiento Nacional y demás leyes fundamentales del Reino, y administrar recta e imparcial justicia, poniendo el máximo celo y voluntad en el cumplimiento de las obligaciones del cargo de…………………. para el que sido nombrado». En los 70 fue Presidente de la Audiencia de Córdoba y en 1980 fue promovido como magistrado del Tribunal Supremo.

Esta es la verdad de la historia, otra parte de la historia que no se quiere asumir. Esa historia que se oculta para manipular y para mentir. Bien valen las propias palabras de Fernández Vara al respecto: «Pretenden el olvido lo único que quieren es reescribir la Historia de España». Para sobrevivir en la política del PSOE algunos reniegan de su propio pasado para ponerse al frente de las masas socialistas, hoy mermadas. Pero lo primero es la verdad, es necesario saber si un político miente o no, o si oculta información. Porque la historia se escribe con pruebas, no con conjeturas o con sentimientos como es la forma que han escogido estos señores. Por eso la verdad debe prevalecer sobre la ficción y la apariencia.

Por A. Manuel Barragán-Lancharro

LA MURALLA DE NUESTRA CIUDAD

Este es el tramo más largo que se conserva
PUES SÍ, AUNQUE LES PAREZCA MENTIRA A MUCHOS DE USTEDES, AÚN NOS QUEDAN RESTOS DE LA ANTIGUA MURALLA QUE NOS DEFENDÍA DE LOS ATAQUES PIRATAS.

La muralla urbana de Las Palmas se encuentra en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria de la isla de Gran Canaria, en la provincia de Las Palmas del archipiélago Canario. Esta muralla rodeaba la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria cuando abarcaba tan sólo los barrios de Vegueta y Triana. Quedan restos del muro que unía los castillos de Mata y de San Francisco. Fue declarada Monumento Histórico Artístico el 30 de abril de 1997. Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Principio de la muralla, a los pies del Castillo de San Francisco

Pasamos todos los días por delante de sus restos y nadie les presta la atención debida, a unas piedras que nos defendieron muchísimos años. En las fotos podemos ver los restos que quedan de ella, pero muchos no sabrán que desde el Castillo de Mata, continuaba por lo que hoy en día es la calle Bravo Murillo y llegaba hasta el comienzo de la calle Venegas.

Como pueden observar, el abandono es latente

Estas murallas, se regaron de sangre de nuestros antepasados, cuando siendo pocas las fuerzas militares, la milicia civil defendió con su vida a nuestra ciudad. Nunca tantos, debieron tanto, a tan pocos.

Éste es el respeto de nuestras autoridades, por los que dieron su vida por ésta ciudad

La última accion militar efectuada contra estas murallas, fue la del holandes Van der Does y su defensa fué capitaneada por Don Alonso Alvarado y Ulloa (Valverde de Medellín, provincia de Badajoz, 1539; 1599)

Fue uno de los Capitanes de más relieve en la historia de Gran Canaria y uno de los más destacados soldados españoles. Combatió en Italia, Flandes y a las órdenes de D. Juan de Austria, contra los moriscos de Granada. Al ser nombrado Gobernador de Gran Canaria, el 3 de Diciembre de 1594, tenía ya una personalidad bien definida.

Otra vista, desde abajo

Dirigió la defensa de Las Palmas de Gran Canaria, contra Drake, acompañado por su Teniente Letrado el Licenciado Antonio Pamochamoso. Fue rechazado el ataque dirigido por la escuadra inglesa simultáneamente contra La Luz, Santa Catalina y las mismas playas de la Ciudad de Las Palmas. El 26 de Junio de 1599, al rayar la aurora, se encontró Las Palmas frente a la armada de los Estados Unidos de Holanda y Zelandia, mandada por Van der Does y compuesta por 66 bajeles y diez mil hombres. Afortunadamente el holandés encontró a la Isla muy dispuesta a resistir bajo el mando de Alonso de Alvarado.

Vista del tramo mejor recuperado

Aunque el ataque fue rechazado vigorosamenteal principio, el número de los enemigos y el haber sido herido peligrosamente el propio Gobernador de Gran Canaria hizo que la avalancha invasora penetrase y tomase la Ciudad, retirándose la fuerza insular hacia la Vega de Santa Brígida, donde murió Alonso de Alvarado a consecuencia de sus heridas. Los holandeses fueron posteriormente derrotados en el Batán, perdiendo en esta incursión cerca de dos mil hombres.

Todo el terreno que estaba fuera de estas murallas, desde la actual Bravo Murillo hasta la Isleta, se denominada «FUERA DE LA PORTADA» y tenía dos puertas, a saber, la situada en la unión de la calle León y Castillo con el Parque de San Telmo, la otra estaba situada al comienzo de la calle 1º de Mayo (antigua General Franco).

Monumento dedicado a Don Alonso Alvarado, sito junto al Castillo de Mata

Hace tres años, diez años después de ser declarada Monumento Histórico Artístico, se recuperaron los restos de la misma, re forzándolos y dándoles una mano de cal. Aún así, siguen siendo los restos considerados por nuestras autoridades políticas y con desprecio, como «las piedras que están en el risco»… Qué poco queremos a nuestra ciudad y a nuestra cultura, y nuestras autoridades hablan de la falta de cultura que nos asiste, será la de ellos, pues si éstas cosas no se enseñan y se cuentan, el pueblo las desconoce y no se aprecian en su historia, en el texto y contexto de lo que fue y ya no es. Degradada por esa misma falta de desinterés cultural, de los mismos políticos, que les gusta olvidar por intereses creados, en la misma desidia que les asiste anti-culturalmente.

PD: Las fotos son propiedad de Alberto Pérez Rivero.

Varios forenses entran en las tumbas del Valle de los Caídos sin orden judicial

ELLOS SIGUEN PROVOCANDO, PERO ALGÚN DÍA PAGARAN CARO SU ODIO, REVANCHA Y VENGANZA.
Ante esta noticia no puedo sino repetir lo que he dicho ya varias veces: La Siniestra no parará hasta que no vea profanadas las tumbas de Franco y José Antonio, machacados y quemados sus restos, y apagadas sus brasas con la orina de las hordas salvajes que lo hagan, todo ello como acción previa a la dinamitación del monumento y su devastación hasta que no quede piedra sobre piedra.

Un equipo de forenses entró el pasado 6 de septiembre, por primera vez y en secreto, en las tumbas del Valle de los Caídos y sin que hubiera orden judicial ni mandato por parte de un juzgado. El estado de los osarios es “inviable”, y por tanto su identificación no es posible, según comunicó el Ejecutivo a los familiares que lo habían solicitado, según publica esta semana la revista Interviú.

Así estaba antes de su destrucción.

Precisamente, las familias que habían solicitado la exhumación de restos estuvieron presentes en la basílica mientras se abrió la cripta, aunque la Vicepresidencia del Gobierno les comunicó que no podían hacer pública su visita ni hablar con la prensa
Ni siquiera los monjes benedictinos que residen en el monumento fueron informados de que se iba a abrir el osario, en el que se encuentran restos de 40.000 personas. Sólo nueve familias habían reclamado los cuerpos de sus seres queridos, nueve republicanos ajusticiados durante la Guerra Civil y trasladados al mausoleo sin el conocimiento de sus familiares.

ABUELO MASÓN, NIETO ………..ÓN

MEMORIA HISTÓRICA DE UN COBARDE

Tras muchos rumores sobre la posible pertenencia del abuelo de Zapatero a la masonería, la revista Crónica de El Mundo ha publicado los documentos que prueban su pertenencia a una logia. De hecho, así dice el diploma que le acredita como tal: “Sabed que nuestro querido hermano Juan Rodríguez Lozano, simbólicamente Rousseau, que firma al margen, es un francmasón regular recibido como aprendiz grando 1º por la Respetable Logia Emilio Menéndez Pallarés, número 15 de los Valles de León de la obediencia de esta Gran Logia Regional, y como a tal, le recomendamos a vuestro favor y protección”.

Los papeles que demuestran su pertenencia a la masonería están en los archivos de Salamanca y Ferrol y acreditan que ingresó en este grupo el 27 de agosto de 1933. Estos datos aparecen en un expediente formado por cartas, requerimientos, informes así como registros de carácter policial.

Además, del diploma de iniciación se demuestra que empezó como aprendiz de grado 1º y posteriormente ascendió a compañero grado 2º, el 4 de diciembre de 1935. Según cuentan los documentos hechos públicos, el 1 de agosto de 1933 se crea la logia Emilio Menéndez Pallarés (diputado y Gran Maestre de la Logia de España de 1901 a 1904). Inicialmente eran 11 hermanos, entre los que no se encontraba Juan Rodríguez Lozano. Fue el 27 de ese mismo mes cuando el abuelo de Zapatero asumió el grado de aprendiz.

El primer examen que tuvo que realizar consistía en un rito en el que entraba en el lugar donde los masones celebran sus reuniones y cuyo objetivo era resurgir como un hombre nuevo. Para ello debía avanzar con los ojos vendados y el pecho y pie izquierdo descubiertos, para sufrir los rigores de los cuatro elementos: tierra, mar, agua y fuego.

El historiador Fernando Sigler Silvera afirma que durante el bienio derechista de la Segunda República el capitán Lozano siguió perteneciendo a la masonería y que ascendió en el escalafón pese a los recelos que causó por su participación en el levantamiento de Asturias de 1934. Además, cuenta que durante ese tiempo ascendió dos de los tres peldaños de la masonería azul (formados por aprendiz, compañero y maestro). Su muerte en agosto de 1936 le impidió llegar a los grados capitulares, filosóficos y sublimes.

EL MUNDO.ES

GRAN CANARIA Y SU MEMORIA HISTÓRICA

A ALGUNOS DEBERÍAMOS ACLARARLES, QUE GRAN CANARIA FUE UNA DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES HISTÓRICAS DE ESPAÑA Y ESO ES LO QUE TRATO DE EXPONER.

Podemos distinguir tres etapas en la conquista de Gran Canaria:

a) Etapa inicial, junio – diciembre de 1478. El 24 de junio de 1478, desembarcó en La Isleta, la expedición mandada por Juan Rejón y el deán Bermúdez, representante del obispo del Rubicón Juan de Frías, uno de los financiadores de la conquista. Ese día, junto al Guiniguada, se fundó el Real de Las Palmas. Pocos días más tarde tuvo lugar en las proximidades del Real el primer enfrentamiento en el que los isleños fueron derrotados. Esta victoria inicial les proporcionó a los castellanos el control de la esquina noreste de la isla.

b) Resistencia aborigen y divisiones castellanas, desde finales de 1478 hasta 1481. La resistencia aborigen en el interior montañoso de la isla, la falta de hombres y medios materiales y las desavenencias internas en el bando conquistador, constituyen las principales marcas de este periodo. Durante esta etapa Juan Rejón fue destituido por orden de los Reyes Católicos. Su lugar lo ocupó Pedro Fernández de Algaba, que fue posteriormente ejecutado por orden del destituido Rejón. El nombramiento de Pedro de Vera como nuevo gobernador de la isla y la detención de Juan Rejón, puso fin a los conflictos internos que se habían prolongado hasta 1481.

c) Final de la resistencia aborigen y conquista de la isla, 1481-1483. Pedro de Vera, ahora jefe indiscutido de los castellanos, reemprendió la conquista del interior de la isla y el guanartemato de Gáldar. Contó para ello con la llegada de nuevos refuerzos humanos aportados por Diego García de Herrera, que envió un numeroso contingente de gomeros. La captura de Tenesor Semidán, guanarteme de Gáldar, por parte de Alonso Fernández de Lugo, será un factor decisivo para la culminación de la conquista. Tenesor Semidán fue enviado a Castilla, donde fue bautizado con el nombre de Fernando Guanarteme y se convirtió en un fiel y valioso aliado de los conquistadores. (LINK)

Y si los Reyes Católicos terminaron la reconquista de España en 1492, acabando con una dominación árabe de mas de 800 años, eso significa que España y sus comunidades históricas, empezaron en el año 1492, por lo que queda claro, que GRAN CANARIA, al haber sido conquistada en su totalidad en el año 1483, es la segunda COMUNIDAD HISTÓRICA de España, después de ASTURIAS, que nunca fue conquistada por los árabes. (LINK)

Teniendo en cuenta estos datos históricos, es cuando tenemos derecho a exigir nuestros derechos como COMUNIDAD HISTÓRICA de España, anteponiendonos a todas las Comunidades Autónomas de España, dejando claro que estamos detrás de Asturias, por supuesto, pero muy por delante de esas otras Comunidades Autónomas, que exigen unos derechos históricos por encima de las demás, y estoy hablando de Comunidades como la Catalana, Vasca y etc…

Y estos derechos históricos, están recogidos en el Tratado de Calatayud, y justamente, ahí es donde teníamos que empezar a buscar y defender nuestros derechos, mandados y ordenados por los Reyes Católicos, igualmente, que hasta la época de dichos reyes, se alzan a buscar derechos, esas otras comunidades históricas, que son las que están creando un reino de taifas , en este país. Por lo tanto, le guste a unos o no les guste a otros, GRAN CANARIA , es una COMUNIDAD HISTÓRICA de este país llamado ESPAÑA.

Habiendo dejado claro estos hechos, paso al tema de la Memoria Histórica, en el mismo termino en el que lo usan hoy en día, y es sobre los abusos realizados en el pasado. Aquí, deberíamos tener en cuenta, que la historia que se olvida, siempre y repito, siempre, se repite. Por lo tanto, la historia de este país, nunca debe ser olvidada.

Otra cosa muy distinta, es estar recordando la historia en plan vengativo, pues eso es muy malo. Creando núcleos poblacionales, que solo al conocer el mal y criándose en la venganza, no pueden desarrollarse socialmente en una comunidad, en la que debemos estar unidos hombro con hombro y empujar todos del mismo carro y en la misma dirección, lo demás, son solo adornos del carro, que quedan en eso, en adornos, para no olvidar el pasado.

Aquí, en GRAN CANARIA, tenemos a algunas personas, que aun pasados los siglos, continúan erre que erre, con la venganza de una historia, a la cual debemos respetar, pero no calentarla como venganza.

¿Que Pedro de Vera, fue un tirano, un criminal, etc…?, por lo que se de la historia, no puedo negarle esos adjetivos calificativos. Ahora bien, de ese pasado, es del que tenemos que aprender, para que no se repita.

Hace tiempo, en este mismo blog, hice un comentario sobre el tema de la masacre aborigen efectuada en esta isla y lo dije bien claro. Hoy en día, los que habitamos en esta isla y ademas hemos nacido en ella, procedente de generaciones nacidas aquí, no debemos olvidar, pero si perdonar. Aquí es cuando, se echa en falta una verdadera significación pública de nuestras autoridades, en la que una vez al año, se efectué un reconocimiento de lo que ocurrió en la conquista y una solicitud publica de perdón.

Es una manera de dejar claro, que lo pasado se reconoce y que nunca volverá a ocurrir. Nuestros antepasados, serian reconocidos públicamente y públicamente se les pediría perdón. Ahí es donde de verdad reconoceríamos nuestros errores y crearíamos un camino hacia el futuro.

Que Tenesor Semidan (Fernando de Guanarteme LINK), para mi y para muchos, fue un traidor a GRAN CANARIA, no tengo la menor duda. Él buscaba mantener su estatus social y poco le importo el estatus social de sus súbditos. Ahora bien, esa situación del pasado, no nos tiene que hipotecar el futuro, creo que no, todo lo contrario, justamente nos tiene que animar a construir un futuro de igualdad, liberta y justicia para todos, pero por supuesto, que democráticamente y bajo la Constitución Española.

Me reafirmo, muy claramente en estos dos últimos párrafos del artículo de D. Felipe Enrique Martín Santiago, cuando dice:

(sic) La muerte de Doramas en la batalla de Arucas, rematada con el corte de su cabeza y exposición en el Real de Las Palmas demuestra, una vez más, la mentalidad asesina de Pedro de Vera. No existe ninguna justificación cristiana que defienda al gobernador. No existe ninguna justificación democrática que defienda al Vera.

Condenamos al personaje histórico Pedro de Vera como criminal de guerra y deseamos que en los manuales de historia aparezca como tal, no como el líder carismático que consiguió la incorporación de Gran Canaria a la corona de Castilla.