LA OPINIÓN

DEFENDERNOS DE LA INVASIÓN Y AGRESIÓN MUSULMANA

LEAN CON TRANQUILIDAD Y EN LO QUE PUEDAN, APOYEN LA INICIATIVA, QUE UNOS POCOS, CON EL TIEMPO, SEREMOS MUCHOS, DEFENDIENDO NUESTRA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL.
Debemos actuar a la defensiva, se trata de protegernos, no de cambiar el mundo. Occidente está en decadencia, sobre todo demográfica. Debemos dejar que el mundo musulmán a su suerte, para que siga en el atraso que ellos se han buscado. No se trata de llevar la democracia a Irak ni de destituir a ninguno de los tiranos que les oprimen, sino de proteger nuestras libertades, especialmente en Europa, donde estamos siendo atacados.
Tenemos que acabar con el “multiculturalismo, dedicado según dicen a “celebrar las diferencias”, aunque en realidad lo que hace es proteger las costumbres de nuestros inmigrantes y atacar y despreciar las nuestras. Tenemos que celebrar nuestra identidad única en el mundo, en vez de despreciarla a favor de las otras.
Detener la inmigración, sobre todo la musulmana. No podemos absorber el flujo migratorio actual, mucho menos aún el potencial; es decir, las decenas de millones de personas que se instalarían en una Europa de “puertas abiertas” y “puentes tendidos”.
Retirar las concesiones de nacionalidad realizadas en los últimos cinco, diez, veinte años, y hacer mucho más restrictivas las nuevas concesiones, dando prioridad a la inmigración procedente de países con mayor similitud cultural, en el caso de España, la Comunidad Europea. En particular hay que dificultar la posibilidad de reunificación familiar. Los inmigrantes musulmanes “importan” generalmente sus mujeres/maridos de los países de origen. Esto dificulta la integración y tiene un efecto multiplicador sobre la inmigración. No se debe permitir la reunificación hasta que la mujer tenga 30 o más años.
Repatriar a todos los inmigrantes indeseados: ilegales, delincuentes, predicadores fundamentalistas… Quien predica la Yijad, propone la aplicación de la Saría, insiste en que a la mujer o a los no musulmanes hay que aplicarles un estatus de inferioridad legal, debe ser expulsado ipso facto.
Dificultar la práctica del Islam. Debemos desoír cualquier petición de fiestas musulmanas, aplicación de dietas especiales en los servicios públicos –por ejemplo en las cárceles, que están llenas de musulmanes, por cierto-, asignación de salas de rezos en edificios públicos… Por descontado, si nos demuestran que la carne de cerdo es un poco saludable reconsideraremos nuestra propuesta.
Tenemos que educar a nuestros ciudadanos sobre la naturaleza del Islam, de la Saría y de la Yijad. El propósito no es desengañar a los musulmanes, sino de informar a nuestras poblaciones. No se trata de contar cuentos de «las mil y una noches” sino de presentar de forma realista la vida de los cristianos en todos esos sitios en que han sido sometidos al poder musulmán. ¿Dije la vida? Muy mal, el resultado de la conquista de las tierras cristianas por el Islam ha sido siempre la muerte, mediante masacres y genocidios o mediante una opresión sistemática que lleva al mismo resultado a largo plazo.
Tenemos que llamar a las cosas por su nombre. ¿Qué es eso de “guerra al terror”, como dijo Bush? No, es guerra defensiva contra la yijad y contra el apartheid musulmán. ¿Y qué es eso de engañar diciendo que el Islam en una gran religión? No aprendemos.
Debemos explotar las divisiones del Islam: sunitas frente a chiítas, musulmanes árabes frente a musulmanes negros, persas o turcos…
Es necesario acabar con esa extorsión sin precedentes históricos que es la renta del petróleo. Tenemos que desarrollar energías alternativas –en este momento, aumentar el uso de la nuclear-. Debemos avisarles además que se podrían expropiar sus inversiones en Occidente o excluirles de los servicios médicos occidentales.
Tenemos que mostrar que estamos dispuestos a defender nuestros territorios, nuestros hijos y nuestra civilización a muerte. Esta es la única manera de que nos respeten. Los occidentales queremos que nos aprecien, pero en este caso no va a funcionar, si buscamos aprecio nos responderán con desprecio. Esto deberían entenderlo bien los multiculturalistas: Los musulmanes solo nos va a apreciar si antes nos temen; es más, están utilizando nuestras convenciones sobre derechos humanos contra nosotros mismos. Ellos no las guardan en su lucha contra nosotros, nunca las guardarían.
Debemos dejar de financiar las organizaciones internacionales que trabajan contra occidente, como la ONU cuyo nivel de infiltración musulmán es notorio. Debemos aprovechar las oportunidades para deslegitimarla: corrupción rampante, escándalos sexuales de sus soldados…
Occidente debe buscar aliados estratégicos para la contención del Islam. En África (sur de Sudán y Nigeria), Tailandia, Filipinas, la India, todo país atacado por el Islam.
Debemos acabar con la Unión Europea o al menos recortarle capacidad legislativa, presupuesto… La UE está infiltrada por islamófilos y embebida de ideología pro-islámica.
Tenemos que desmantelar el estado de bienestar. Nos está proporcionando una falsa sensación de seguridad a la vez que nos hace menos competitivos. También contribuye a una menor tasa de natalidad. Hay que tener en cuenta que muchas prestaciones sociales acaban siendo asignadas a inmigrantes y “refugiados” musulmanes. Las rentas correspondientes a las prestaciones sociales son en muchísimas ocasiones superiores a los salarios que los inmigrantes obtendrían en sus países. De ahí la presión migratoria.
Tenemos que fortalecer el control de nuestras fronteras y organizar nuestros ejércitos. Los europeos han vivido cobijados bajo el paraguas de la Paz americana. Esta puede retirar su protección pronto.
Debemos insistir en la necesidad de mantener la libertad de expresión, frente a la tiranía de lo políticamente correcto. Solo así es posible que llegue a la población la información necesaria sobre la naturaleza criminal del Islam.

EL GOBIERNO DE COALICION CANARIA Y EL PP, ATACAN DIRECTAMENTE A LAS ESPECIES PROTEGIDAS


ESTE ARTÍCULO ESTA EDITADO EN EL PERIÓDICO LA OPINIÓN Y ESCRITO DAVID PÉREZ HERNÁNDEZ, DONDE QUEDA CLARO QUE A ESTE GOBIERNO SOLO LE INTERESA EL DINERO QUE SE MUEVE Y NO LA PROTECCIÓN DEL MEDIO, QUE ES LO QUE VAN A HEREDAR NUESTROS HIJOS.

La reciente propuesta de Ley sobre el nuevo Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias presentada en el Parlamento por CC, con el Sr. Berriel a la cabeza, supone la última vuelta de tuerca de nuestros políticos en su desesperada carrera hacia la consecución definitiva del puerto de Granadilla. Esta infraestructura, aun sin llevarse a cabo, ya forma parte de la historia de Canarias, al haber suscitado el mayor rechazo social desde la existencia de la Unión Europea.

El nuevo Catálogo de Especies Amenazadas «libera» a los sebadales de ciertas ataduras legislativas comprometedoras, al considerarlos en una nueva categoría como «especies de interés para los ecosistemas canarios», protegidas únicamente si están dentro de la Red Canaria de ENP y de la Red Natura 2000. A su vez, el LIC «Sebadales del Sur de Tenerife» no incluye, deliberadamente, justo la zona donde se proyecta el puerto, cuando precisamente es en este lugar, desde las costas de Tajao hasta El Médano, donde se ubica el que probablemente sea el mejor sebadal de Canarias, según especialistas de la ULL. En este contexto, recientes informes de la ONU destacan la importancia capital de los sebadales, equiparando su papel desempeñado en la lucha contra el cambio climático al de las selvas tropicales, nada menos.

Hasta llegar a este punto, el camino ha estado plagado de «inconvenientes» para nuestros políticos, que han ido solventando con sonrojantes acciones. No conviene olvidar la declaración del puerto de Granadilla como de interés general, argumentando el colapso del Puerto de Santa Cruz, algo completamente falso, como se ha demostrado a posteriori. La intención del «trasplante» de los sebadales hacia nueva zonas, como quien planta papas en diferentes huertos, fue otra disparatada, pueril y ansiosa idea del gobierno.

Ante los dictámenes del TSJC y la ejemplar actitud de nuestros grupos ecologistas, principalmente ATAN y Ben Magec, y de la comunidad científica de la ULL, el PP de Canarias redobla esfuerzos, hace ya bastantes meses, en su campaña a favor del puerto, bajo el lema «Somos más». Recuerdo como Cristina Tavío afirmaba con total convicción que aglutinarían un número de firmas a favor muy superior a las 56.087 presentadas en la ILP de 2004 en contra, y que fueron tiradas directamente a la basura. Nada hemos vuelto a saber de esta campaña. Evidentemente, «Son menos».

A principios de este año, parece que hemos descubierto lo obvio: en el litoral de Granadilla hace viento. Mucho viento. Según dictamen pericial elaborado por un capitán de Marina Mercante a petición del TSJC, publicado en este mismo periódico, el 60% del año (tres de cada cinco días) sería peligroso y/o inviable que los buques de gran volumen maniobraran en el futuro puerto de Granadilla. El ímpetu del alisio en la costa sureste de la isla es una cuestión irrebatible: un elevado porcentaje de días al año sopla con fuerza 5 (el límite para la segura maniobrabilidad de grandes buques) o superior, con frecuentes puntas de 7 y superiores. Esta misma realidad ha inutilizado el Puerto de Arinaga, situado exactamente en la misma orientación y posición en la vecina Gran Canaria. Sería absurdo tropezar con la misma piedra en Granadilla, en esta crónica de un fracaso anunciado.

Claro que el negocio del puerto radica en lo que se generaría a su alrededor, máxime estando implicados ilustres e históricos empresarios, y poco importará que no sirva para nada. Así, la evidencia de Eolo pasa a un segundo plano. Además, estos empresarios cuentan con el inestimable apoyo de ciertos medios de comunicación, como el El Día, o «nuestra» Televisión Autonómica, capaz de inefables acciones como la absoluta desconsideración hacia la pasada masiva manifestación del 14-M en contra del puerto de Granadilla, y a la que, sin embargo, no le tiembla el pulso a la hora de gastarse un pastón en el alquiler de un helicóptero para que no se nos escapara un solo plano del último derbi Tenerife- Las Palmas.

Ninguna isla, a nivel mundial, de las características de Tenerife, puede permitirse el lujo de tener dos aeropuertos internacionales y dos puertos de primer nivel. Sería una insensatez enterrar bajo el mar, entre los difuntos sebadales, ingentes cantidades de dinero para un proyecto condenado al fracaso de antemano por diversos motivos, entre ellos la aplastante realidad meteorológica del viento. Se acumulan los informes acreditados en contra de su construcción. Mientras tanto, tras estos largos años de polémicas, nadie ha hecho una argumentación científica sólida que justifique el puerto de Granadilla, de forma que ni un sólo técnico ha desmentido, o al menos, rebatido los informes contrarios. Esperemos que prevalezca el sentido común.