LA CRISIS
En el mercado financiero también están los activos de los bancos, o sea los préstamos que han hecho, por ejemplo, las hipotecas. Las hipotecas se empaquetan en unas emisiones de bonos muy especiales porque están divididas en tramos según su solvencia. Así un inversor puede adquirir un tramo más seguro, o uno con más riesgo, lo que significa intereses mucho más altos. Ahora bien, si un señor puede pedir una hipoteca poniendo como garantía un activo, o sea, una casa, ¿Por qué una institución financiera no iba a poder pedir a su vez dinero prestado presentando como aval un activo financiero?¿ Y porque no usar como garantía un bono basado en una hipoteca garantizada por una vivienda?
En otras palabras, en estos últimos años los bancos que llevan prestando enormes cantidades de dinero a un tipo de interés alto, – cuanto mayor es el riesgo mayor es el interés – necesitan más dinero para continuar el negocio, entonces lanzan al mercado emisiones de bonos, o sea, deuda con unas condiciones de amortización y un interés determinado. Lo llaman bono estructurado con la garantía del banco y avalado por una hipoteca, o sea, una casa. El negocio del banco es que el interés que paga por estos bonos es menor que el consigue con las hipotecas. Además los inversores que han comprado estos bonos por los que reciben un interés intentarán endeudarse si consiguen préstamos a un interés menor para seguir comprando estos bonos, y así sucesivamente. Llega un momento que ya no importa lo que hay detrás del producto financiero que ofrece el mercado, lo que importa es el interés que ofrece y los plazos de amortización. Miles de personas se dedican todos los días a estudiar los productos financieros que aparecen en la pantalla de su ordenador para invertir el dinero de sus clientes en los que ofrezcan mayor interés. En palabras del escritor José Luis Sampedro la codicia que en su acepción taurina es el ímpetu con el que embisten algunos toros es aplicable al capitalismo, que es esencialmente predatorio, sin respeto a la naturaleza, ni a las personas. En este ambiente no es de extrañar que el señor Madoff se haya pasado veinte años vendiendo sus fondos solo porque ofrecía un interés del 10 % .A propósito de este asunto, el responsable del departamento de análisis de riesgos del banco Santander hizo un viaje a New York con varios de sus colaboradores para visitar al Sr. Madoff, dos semanas antes de que este Sr. se hiciera mundialmente famoso al descubrirse su monumental estafa de más de 50.000 millones de dólares. El objetivo del viaje era analizar los riesgos de los clientes privilegiados del banco que habían invertido más de 2.300 millones de euros en los famosos fondos Madoff. A los tres días regresó a Madrid convencido de la solvencia y seguridad de esos activos. Desconozco si el Banco le dio una gratificación, le incremento el sueldo y la categoría o le puso de patitas en la calle. Cualquier cosa es posible.
La crisis financiera comienza cuando una gran cantidad de hipotecas en EEUU no se pueden cobrar. Son las llamadas hipotecas subprime, o también hipotecas basura. La mayoría de los bancos en EEUU y muchos bancos europeos tienen algún producto basado en estas hipotecas, es lo que llaman activos tóxicos. Algunos bancos no pueden ocultar por más tiempo sus pérdidas y las bolsas sufren caídas casi diariamente en todo el mundo.
Las pérdidas de los bancos son enormes:
Lehman Brothers 613.000 millones de dólares, Citigroup 311.000, AIG 161.000, las agencias hipotecarias Fannie Mae 133.000 y Freddie Mac 127.000, Merill Linch 51.800, todas en EEUU. En Europa UBS(Suiza) 44.200, HSBC (Reino Unido) 27.400.
El 4 de septiembre las agencias inmobiliarias Fannie Mae y Freddie Mac son nacionalizadas.
El 15 de setiembre de 2008 el banco de inversiones Lehman Brothers quiebra. Dos meses antes las mayores empresas de rating STANDARD&POOR’S, MOODY’S y FITCH concedían a Lehman Brothers la calificación triple A, AAA, la más alta garantía de solvencia y seguridad. Su ex presidente Richard Fuld cobraba 13.000 euros a la hora.
Poco después de quebrar el banco de inversiones Lehman Brothers el gobierno USA primero decide, para evitar más quiebras y el derrumbe de la Bolsa, comprar a los bancos americanos sus activos tóxicos y suspender las operaciones de 800 empresas especialistas en operaciones a corto (que apostaban a la baja), después decide como en Inglaterra entrar en el capital de los bancos. Tanto el gobierno USA como los gobiernos europeos han decidido prestar últimamente a sus bancos miles de millones de dólares o euros para salvar el sistema financiero. Hay que recordar que ese dinero es el que proviene de los impuestos que nuestros gobiernos nos exigen.
El sistema financiero que funciona para incrementar el capital con la práctica de la usura se basa en la confianza de la gente. Después de la quiebra de L. Brothers todos los gobiernos europeos incrementaron la garantía de los depósitos bancarios. En España estaba en 20.000 euros por cada titular de cada cuenta y la subieron a 100.000 euros. Para eso está creado el Fondo de Garantía de Depósitos. Es una medida para restablecer la confianza en los bancos y evitar que la gente retire su dinero.
Últimamente están pensando en EEUU la posibilidad de crear un banco malo que compre todos los activos tóxicos de los bancos, y así permita a estos sanear sus balances y convertirlos en bancos buenos. Los activos que el Tesoro podría comprar ascienden a unos tres billones de euros, y se estima que aunque el gobierno consiga vender todos esos títulos las pérdidas podrían llegar al billón de euros. La verdad es que la inyección de capital público en los bancos de EEUU ha sido ruinosa ya que el valor de los 8 mayores bancos del país ha seguido cayendo en picado, y ya no saben qué hacer.
El sistema financiero depende hasta tal punto de los bancos que estos se permiten el lujo de no traspasar el dinero que les llega de los gobiernos a las empresas y las personas, sino que deciden quedárselo sin más explicaciones para sanear sus balances. Dada la gran cantidad de dinero que han invertido en lo que ahora llaman activos tóxicos, todos tratan de ocultar, mientras sea posible, sus enormes deudas y desconfían los unos de los otros. Esto hace que retengan el dinero. Dadas las características del sistema si los bancos deciden ahora no prestar dinero, como es el caso, la cantidad de dinero en circulación que como hemos visto antes tiene un efecto multiplicador, se reduce en la misma proporción, 9,2 veces.
En todos los países gobierno y oposición han estado básicamente de acuerdo para adoptar estas medidas, y no se ha oído ninguna voz discrepante en ningún sitio.
Hasta aquí hemos hecho un repaso muy breve de lo que ha ocurrido y está ocurriendo en el sistema financiero. En vista de los acontecimientos vamos a hacernos algunas preguntas y reflexiones.
La opinión de todos los políticos es que el sistema financiero es para el progreso y desarrollo del mundo como la sangre para el cuerpo humano, necesario, imprescindible, vital. Por eso todos apoyan la transfusión de sangre para que el enfermo se reanime.
Cualquier empresa mal gestionada, que no es competitiva, que no vende los productos que fabrica puede declararse en quiebra y despedir a sus trabajadores. Los bancos mal gestionados, que tienen enormes deudas por su mala gestión no pueden quebrar, para eso están los gobiernos de sus países, para prestarles todo el dinero que necesiten.
Las bolsas llevan varios años con ganancias y nadie dice nada. ¿Por qué tanto alboroto cuando hay pérdidas?
Los gobiernos democráticos pueden destinar cientos de miles de millones de euros o dólares, que sale de nuestros bolsillos, para dárselo a los bancos cuando les dé la gana, y no pasa nada, nadie dice nada. ¿Hay algún límite?
El sistema financiero ofrece tantas posibilidades para invertir dinero que se ha convertido en una especie de gran casino mundial. El sistema permite a unos cuantos señores jugar con el dinero de los demás, cuando ganan se lo quedan ellos, y cuando lo pierden, nuestros gobiernos les prestan el dinero que nos quitan a nosotros – vía impuestos- para que sigan jugando.
Además nadie es responsable. Si usted o yo perdemos dinero nuestro o de nuestros socios somos responsables de esas pérdidas, pero si uno es consejero de un gran banco no pasa nada. Lo peor que le puede ocurrir es que le despidan con una enorme indemnización.
La gran novedad financiera en nuestra época es el mercado de futuros y derivados financieros, que permite, por una parte traer capitales del futuro al presente y, por otra, aportar una peligrosa sensación de seguridad y control del riesgo. Estas prácticas son muy útiles para alterar el precio de las cosas. Pongamos un ejemplo: Hace unos meses el precio del barril de petróleo superaba los 140 dólares, y seguía subiendo porque las órdenes de compra para dentro de un mes a este precio eran de tal volumen que prácticamente se había vendido todo el petróleo a este precio para dentro de un mes, así que, el precio del petróleo de mañana tendía a subir. Ahora con la crisis el precio está a menos de 50 dólares.
Por efecto de la crisis las economías de EEUU y Europa han entrado en recesión. Se produce menos que el año anterior. Además ya se contempla un escenario de deflación.
Deflación es cuando bajan los precios. Los consumidores no gastan dinero porque esperan que los precios bajen más. Los comercios y empresas no tienen más remedio que bajar los precios para vender. Llega un momento en que no vale la pena producir nada porque no tiene salida. Las empresas cierran, las cifras del desempleo se disparan. Sobreviene entonces el colapso económico.
Estamos contemplando estos días el colapso del sistema capitalista en todo el mundo, y los esfuerzos de los gobiernos para mantenerlo en pie. El sistema comunista ya se derrumbó hace años, así que ya no se puede contemplar como alternativa. El debate que se ha dado durante todo el siglo XX entre comunismo y capitalismo, y que acabó con el triunfo de este, ha resultado estéril, ya que el sistema capitalista está demostrando ser un gigante con pies de barro. En estos tiempos de crisis no se escucha ninguna crítica seria de este sistema y el debate se limita exclusivamente a qué medidas han de tomar los gobiernos para salir de la “crisis”. Se da por descontando que el capitalismo es el mejor de los sistemas posibles, que ha conducido a la humanidad por la senda del progreso y el bienestar, y que lo que hay que hacer es corregir algunos pequeños defectos. Las críticas más serias dicen que hay que limitar la creación de dinero bancario mediante la elevación de los coeficientes de caja y exigir al sistema financiero que el dinero se dirija a la actividad productiva. El grupo G20 reunido en Washington hace unas semanas, para según palabras de Sarkozy “refundar el capitalismo”, ha decidido reunirse de nuevo próximamente para estudiar una posible regulación del mercado, e inyectar en el sistema desde los bancos emisores todo el dinero que haga falta. El objetivo, como era de esperar, es salvar el sistema.
Cuando hablo del sistema no me refiero solamente al sistema financiero. El sistema engloba el sistema político y el económico. El sistema es el conjunto de Estados con gobiernos democráticos que dejan a sus ciudadanos elegir libremente a sus presidentes, pero que les obligan a usar el papel moneda que ellos pueden emitir a su voluntad, y les exigen pagar impuestos cuando trabajan, cuando crean empresas, cuando compran, cuando venden, en definitiva, cuando se mueven.
Para conocer los logros del sistema basta con echar una mirada al mundo en que vivimos:
1º.Un total de 2,700 millones de personas, el 40% de la población mundial, viven en una situación de pobreza. De ellos, 1.600 millones sobreviven con cerca de 1,25 euros diarios, y otras 1.100 millones viven en condiciones de pobreza extrema, con menos de 0,79 euros al día. Además, 35.000 personas mueren de hambre cada 24 horas en un mundo en que el gasto medio por persona es de 13,4 euros diarios.
2º.Según el informe del observatorio Hunger Watch, que lleva por título «El Hambre Estacional» y que ha sido publicado por Acción contra el Hambre tratar a los 19 millones de niños que padecen desnutrición aguda severa en el mundo no costaría más de 3.049 millones de euros, una cifra que incluye el tratamiento nutricional completo de cada enfermo y la producción local de alimento terapéutico necesario, el denominado Ready To Use Therapeutic Food (RUTF).Nuestros gobiernos democráticos han decidido rescatar a los bancos con un coste de 2 billones de dólares, que al final tendremos que pagar los contribuyentes. Para estos niños no hay nada.
3º. El 6% de la población mundial poseen el 59% de toda la riqueza. El 50% sufren malnutrición. El 70% son incapaces de leer.
4º. En los países desarrollados, salvo un escaso 10% de su población, pasamos toda nuestra vida adulta pagando a los bancos las deudas que inevitablemente contraemos con ellos para poder comprarnos una casa, un coche, o un electrodoméstico.
5º. La imperiosa necesidad de producir más, consumir más, ser más competitivos, etc, está ocasionando un grave deterioro en nuestro planeta, hace que el ser humano se sienta en lucha con los demás y altera su escala de valores haciéndole más egoísta e insolidario.
6º. La injusticia, el desprecio del ser humano, las guerras para controlar los recursos energéticos, la proliferación de arsenal nuclear, el terrorismo, etc, son consecuencias de este sistema.
En definitiva, este sistema que nos han dicho y nos dicen que es el mejor posible, que genera progreso y desarrollo, que nos permite ser libres y alcanzar la felicidad, es un desastre.
Hay continentes enteros como África, y gran parte de Asia y Sudamérica cuya población esta empobrecida. Salvo una pequeña minoría, el resto de la población mundial pasa más de la mitad de su vida pagando las letras de su hipoteca, de su coche, o de sus electrodomésticos. Muchos no pueden tener una casa en propiedad en su vida.
La situación actual del mundo, la pobreza, la injusticia, el deterioro del planeta, el gigantesco enriquecimiento de unos pocos a costa de la pobreza de millones de personas tienen un causante: el sistema financiero.
Como consecuencia de esta crisis a los casi mil millones de personas que no comen lo suficiente para vivir hay que añadir otros cien millones más.
El sistema financiero es como una gran telaraña que envuelve nuestro planeta y en cuya red estamos atrapados como insectos los millones de personas que vivimos o sobrevivimos en él.
Nos han hecho creer que somos libres, podemos votar en los países democráticos al gobierno o a la oposición, pero el dominio de la banca sobre nuestras personas permanece inalterable.
Además nos han dicho que este sistema es el mejor de los posibles, genera progreso y desarrollo y no hay alternativa. Y nos lo hemos creído.
Estamos convencidos de que la mayoría de la población mundial desea un cambio real para mejorar el mundo en que vivimos. Este cambio solo es posible si desmantelamos el sistema financiero. Y esto solo será posible, con el permiso de Allah, si nosotros nos lo creemos.
Vamos a plantear una alternativa al sistema financiero.
Para poder eliminar el sistema financiero debemos implantar en la sociedad otro sistema de intercambio de bienes y servicios, que respetando la propiedad privada y la libertad de los individuos permita a la gente vivir con dignidad.
Antes de proponer las líneas básicas de funcionamiento de un nuevo modelo vamos a estudiar las causas y los efectos del encarecimiento constante de los precios. La inflación.
Todos los años de manera inevitable suben los precios. Hay países como India (12%), Argentina ( 11%), y otros en donde la inflación es tan exagerada que todas las transacciones están contaminadas por ella, y en los demás países con niveles entre el 2 y el 5% la vida económica está condicionada por ella. La inflación destruye el ahorro individual y la confianza en los propios recursos ya que ella va erosionando gradualmente los ahorros de las personas. La persona, que tiene unos ahorros depositados en su banco y ve que ese dinero está perdiendo poder adquisitivo, es lógico que decida invertir en alguno de los maravillosos, seguros y rentables productos financieros que le ofrece su banco. La inflación, o sea, la depreciación del dinero es el motor que hace llegar dinero a cualquier producto financiero que le ofrezca un interés mayor que el porcentaje de inflación. A mayor inflación mayor es la presión para que el dinero afluya a la bolsa, lo que hace que las acciones suban de una manera que no tiene nada que ver con su valor real.
En las últimas décadas los gobiernos han ido asumiendo cada vez más funciones de forma que sus gastos se han disparado. El gobierno no tiene otra riqueza e ingresos que los que saca de los individuos. La riqueza que transfiere a sus beneficiarios debe primero quitárselo a sus víctimas. Como lo que ingresa es menor que lo que gasta incurre en déficits crónicos. Para hacer frente a estas deudas o para producir condiciones económicas de auge con un mayor empleo y actividad el banco central se ve obligado a expandir el suministro de moneda legal de curso forzoso. A medida que la cantidad de moneda oficial aumenta, su poder adquisitivo desciende y los precios tienen que subir. Los gobiernos son los principales causantes de la inflación. Además la inflación se utiliza como argumento para justificar la usura. Si yo presto a un amigo 1000 euros que me los devuelve en un año sin interés habré perdido unos 50 euros, ya que lo que hace un año compraba por 1000 euros ahora vale 1050.